"Lo último que quiere una empresa es gente poco activa"


La crisis económica actual está afectando a todos los sectores y, cómo no, el tecnológico no podía ser menos. España es el país de la Unión Europa con mayor tasa de paro: cerca de un 20% (casi el doble que la media europea). En apenas unos años, encontrar un puesto de trabajo en el sector de la tecnología/informática se ha vuelto una misión casi imposible. Sergio Rodríguez es Ingeniero Técnico Informática; cuando empezó a buscar trabajo, hace cerca de tres años, las empresas prácticamente acudían a las escuelas universitarias en busca de alumnos a punto de acabar sus estudios. Este fue su caso; sin siquiera haber terminado su carrera, se incorporó a la plantilla de una gran compañía, una de las líderes del sector. Sergio Rodríguez detalla hoy las dificultades por las que pasa un sector, el de la ingeniería, que, hasta ahora, se había considerado invulnerable a las subidas de la tasa de paro.


- Lleva cerca de tres años en el mundo laboral, ¿Cómo consiguió su primer contrato en aquella época?

- Parece mentira, porque ha pasado muy poco tiempo, pero, antes, eran las propias empresas las que hacían procesos de selección en la propia universidad. Yo estaba cursando mi último año de Ingeniería Técnica Informática y una gran empresa se puso en contacto conmigo a través de una página web de búsqueda de empleo. Tras una pequeña entrevista me ofrecieron un puesto de trabajo en Madrid: seis meses de formación y la posibilidad de un contrato indefinido al acabar las prácticas. Sin tener el título de Ingeniero Técnico, había conseguido un puesto de trabajo en una de las empresas de informática mejor valoradas a nivel internacional.




- ¿Considera que la oferta de trabajo en su sector ha disminuido desde que se incorporó a él?

- Por supuesto; como acabo de comentar, hace apenas tres años había trabajo incluso para la gente que no tenía titulación. Hoy, la empresa para la que trabajo ha reducido considerablemente su plantilla. Además, no se contrata apenas gente sin experiencia laboral demostrable. Por otro lado, el movimiento de personal entre empresas era continuo; se peleaban por los mejores.

- ¿A qué se refiere exáctamente?

- Mi primer trabajo fue para una gran empresa. En el momento en el que conseguí un contrato dejé de buscar trabajo; estaba a gusto en mi compañía. Sin embargo, sin saber cómo, cada cierto tiempo empresas de la competencia contactaban conmigo preguntándome si quería formar parte de sus filas.

- ¿Y cuál solía ser su respuesta?

- Yo no tenía ningún interés en cambiar de compañía: mi trabajo estaba bien pagado y el clima en la empresa era bueno. La mayoría de ofertas que me llegaban mejoraban mi salario de entonces, pero no merecía la pena. Un día llegó una oferta de una compañía que, además de un salario mejor, me ofrecía grandes oportunidades de progresar en el trabajo: nuevos retos y posibilidades reales de ascenso. Ahí me rendí y cambié de trabajo.

- Con la experiencia que da el paso del tiempo, ¿Ha merecido la pena el cambio?

- Sin duda. La empresa para la que trabajaba sufrió mucho más la crisis que la mía; sufrió un gran proceso de regulación laboral. Lo bueno de trabajar en una multinacional es que presenta una resistencia mayor a los problemas económicos. Tiene una cartera de clientes más diversificada y, si alguno de ellos falla, puede subsistir gracias al resto.

- ¿Cuál cree que fue el motivo de que su primera empresa sucumbiera a la crisis?

- Como ya le he dicho, la falta de diversidad de clientes fue decisiva. Nosotros no nos dedicábamos precisamente a hacer páginas web a pequeñas empresas. Nuestros principales clientes eran los bancos y, a pesar de que ellos apenas han sufrido la crisis, han retirado muchos de sus proyectos. Si tu economía se basa en cuatro grandes clientes y dos de ellos te abandonan, te ves forzado a prescindir de la mitad de la compañía. Es duro, pero es así.

- Renovarse o morir: ¿Se atreve a aventurar alguna medida para que el sector salga de la crisis?

- Es difícil. No soy un experto en economía ni en administración de empresas. El gobierno dice que el fin está cerca, y eso está aún por ver. Creo que la crisis es como una gripe que hay que pasar. No se puede curar, pero se pueden tomar medidas para reducir los síntomas. Los ERE no son una buena salida para los trabajadores (pero, en ocasiones, es la única). Hay que saber sacrificarse por la empresa: hacer horas extras e incluso asumir responsabilidades que, en principio, no deberían de asumirse. Las empresas valoran mucho el compromiso que se tenga con ellas; quieren que tengas conciencia de pertenecer a ella, que seas capaz de sacrificarte y eso, al final, tiene una recompensa.

- ¿Daría algún consejo a quien se encuentre en la misma situación que usted hace tres años?

- ¿Buscando trabajo? Supongo que la solución pasa por formarse. Lo último que quiere una empresa es gente poco activa. Valoran mucho la formación en tiempos de crisis: si no puedes encontrar trabajo, intenta buscar un máster, un curso o simplemente aprende idiomas. Pero no te quedes en casa. Los jóvenes cada vez están más formados; hoy, quien más y quien menos, es Ingeniero Superior, está en posesión de un título o dos de máster y, además, domina dos o tres idiomas. A lo largo de estos tres años he conocido a mucha gente interesada en incorporarse al mundo laboral. Su principal problema, y espero que esto no se malinterprete, es su propio ego. He oído a muchos jóvenes decir: "soy Ingeniero Superior; he estado cinco años de mi vida en la facultad y no pienso trabajar por menos de 2.000 euros al mes". Esa no es la filosofía que buscan las empresas. Las grandes compañías quieren a gente que, más que preocuparse por las condiciones iniciales de trabajo, tengan visión de futuro. Muchas ofrecen contratos de formación de seis meses sin remunerar con posibilidades más que altas de pasar a formar parte de su plantilla al finalizar las prácticas. Aún así, es increíble cuánta gente rechaza estas condiciones.

Sergio Rodríguez es Ingeniero Técnico Informático por la Universidad de Oviedo y analista informático.

El origen de la tierra puede estar en marte

¿Qué será de la Tierra dentro de millones de años? Probablemente, si el planeta tuviera que buscar su futuro en un espejo se miraría en la cobriza superficie de Marte. El planeta rojo presenta demasiadas semejanzas con la Tierra como para pensar que se trata de una mera coincidencia. De hecho, las analogías entre ambos planetas conforman uno de los pilares sobre los que se sustentan las investigaciones que buscan vida en Marte.

Jesús Martínez-Frías (Doctor en Ciencias Geológicas e Investigador Científico del Centro de Astrobiología CSIC/INTA asociado a la NASA Astrobiology Institute, entre otros muchos méritos) ha dedicado gran parte de su actividad investigadora a buscar la verdad sobre el origen de la Tierra en su vecino más parecido: Marte. No se podía pasar por alto la posibilidad de acercar al gran público un tema que, cuando menos, despierta la curiosidad de cualquiera que se pregunte por su propia existencia. La oportunidad vino de la mano del ciclo de conferencias que la Universidad Carlos III de Madrid organiza con motivo del 400 aniversario del telescopio de Galileo. Bajo el título de "Astrocharlas", investigadores del ámbito universitario divulgan la actualidad científica de una manera "apta para todos los públicos".

Ya en los prolegómenos, Frías adelantaba los pilares sobre los que se sustenta la investigación sobre la existencia de vida marciana: meteoritos, misiones y análogos terrestres.

Meteoroides, meteoros y meteoritos: la información del espacio intergaláctico

Según la Royal Astronomical Society, un meteoroide es un cuerpo menor del sistema solar que entra en contacto con la atmósfera; mientras tanto, el término "meteoro" es usado para designar al efecto visual y sonoro que produce su desintegración al tomar contacto con la Tierra. Los meteoritos son, por el contrario, los meteoroides que consiguen sobrevivir al impacto y pueden ser recogidos en la tierra. De ellos se obtiene gran parte de la información relevante sobre el planeta rojo. Según las investigaciones llevadas a cabo hasta el momento, los componentes de los meteoritos son comunes en la mayoría de cuerpos del sistema solar. Frías aclara este punto: "son la materia primigenia de nuestra galaxia; contienen agua y otros elementos químicos cruciales para la vida. De hecho, de no ser por cierta lluvia de meteoritos hace millones de años, la atmósfera terrestre jamás se habría creado". Se trata de la misma lluvia de meteoritos causante de una de las extinciones bióticas más señaladas: la que acarreó la desaparición de los dinosaurios de la faz de la tierra.

De no ser por Alexander von Humboldt y Eff Chladni, ambos científicos del siglo XVII, nada de esto hubiera sido posible. Ellos fueron los primeros en determinar que los meteoritos venían del espacio exterior. Sus ideas, al igual que suele pasar con el resto de teorías de los adelantados a su tiempo, tardaron en ser aceptadas. Incluso el famoso químico Antoine Lavoisier, responsable de la archiconocida ley de conservación de la masa, llegó a poner en duda sus investigaciones para, posteriormente, retractarse y dar la razón a Chladni.

Resulta difícil imaginar el desarrollo actual en materia de astrobiología de no ser por la conjunción de mentes como las de Galileo, Chladni y --más recientemente-- Einstein (que, con la Teoría Especial de la Relatividad consiguió explicar el movimiento de la órbita de Mercurio).

Las máquinas toman Marte

Las mentes brillantes podrían ser consideradas una fuente de energía renovable: nunca se acaban. A diferencia de lo que ocurre con el petróleo o el gas natural, siempre habrá mentes curiosas dispuestas a discurrir a favor del progreso. Frías, como miembro del Centro de Astrobiología CSIC/INTA asociado a la NASA Astrobiology Institute, trabaja en cooperación con brillantes ingenieros para desarrollar una de las próximas misiones que pisará Marte: el Mars Science Laboratory (MSL). Un complejo "laboratorio portátil" que, según lo previsto, será lanzado en 2011. Como se observa en el vídeo adjunto a continuación, gracias al MSL será posible analizar la estructura geológica del planeta con el fin de buscar similitudes con la Tierra:



El planeta rojo está más cerca de lo que pensamos

Concretamente en Riotinto, provincia de Huelva. Allí, en sus antiguas excavaciones mineras, se encuentra uno de los parajes terrestres más similares a la superficie marciana. El río que da nombre a la localidad presenta altas concentraciones de piritas y mineral de cobre, componentes que dotan al río de un peculiar color rojo. Frías explica lo curioso de este suceso: "Esta eventualidad hace que en él se puedan observar características muy similares a la superficie marciana. En Riotinto se ha llegado a encontrar una bacteria que metaboliza los minerales presentes en el agua; minerales que también se encuentran en Marte, lo que da que pensar: si una bacteria puede vivir en esas condiciones en la superficie terrestre, ¿por qué no iba a hacerlo en otro planeta? Es más, está demostrado que estas bacterias pueden alimentarse de meteoritos procedentes de Marte".

Frías termina su conferencia con más de media hora de retraso sobre lo previsto, pero el público no se cansa. A la exposición del científico le sigue un turno de preguntas de media hora que, más que para aclarar puntos de la conferencia, sirvió para que los presentes instaran a Frías a conjeturar sobre el futuro de sus investigaciones. Admitámoslo, el cine de ciencia ficción ha dejado huella en el subconsciente de todos los que creen en la vida extraterrestre; Marte es (y, con toda seguridad, lo seguirá siendo) el destino favorito de las mentes de los soñadores para fantasear con un octavo pasajero al más puro estilo Alien.

Murdoch planta cara a Google con la ayuda de Microsoft

El magnate de la prensa estadounidense Rupert Murdoch, principal accionista de News Corporation, planea un pacto con Microsoft para evitar que sus medios escritos sean accesibles desde Google News. La ofensiva de Murdoch se fundamenta en la distribución gratuíta por parte del buscador de artículos de pago pertenecientes a diarios como el "Wall Street Journal" o "The Sun".


Murdoch se ha cansado de perder dinero a costa de Google y planea un pacto con la compañía de Bill Gates para acabar con la hegemonía del gran buscador. La intención de ambos eliminar sus informaciones de Google y pasarse a Bing, el nuevo buscador de Microsoft. Si las conversaciones llegan a buen puerto, históricas publicaciones como "The Wall Street Journal", "The New York Post" o "The Sun" podrían desaparecer de las búsquedas de Google. Según informa el rotativo estadounidense "Financial Times", esta maniobra podría hacerse extensiva a otros grandes grupos mediáticos.


La compañía desarrolladora del sistema operativo más extendido del mundo propone pagar a los medios si estos, a cambio, eliminan sus contenidos de Google y los ofrecen a través de Bing. Microsoft defiende su actuación apoyándose en el incremento del valor de los contenidos si los buscadores aceptan pagar por incluir sus contenidos.


Según el analista de medios Jeffrey Lindsay, "Google lleva hasta un 14 por ciento del tráfico entrante a los sitios de noticias de Estados Unidos de News Corp". Para Lindsay, dejar a Google fuera de este juego supondría un descenso importante de las visitas a los medios de Murdoch. El pacto correspondería a la actual crisis que sufre el sector periodístico como consecuencia de la caída de sus ingresos por publicidad. Si los medios on-line de Murdoch desaparecieran del buscador estadounidense, los ingresos publicitarios y por suscripción de News Corporation crecerían notablemente. Actuálmente, Google es la empresa que más factura por publicidad a nivel global.

El Siglo de Oro cabe en un bolsillo

La idea surgió hace ya unos años y vino acompaña de cierta controversia respecto a su utilidad. El hecho de poder tener en un aparato electrónico del tamaño de un libro estándar toda la literatura del Siglo de Oro llamó la atención, cuando menos, de muchos aficionados a la lectura. Los primeros ebooks (o libros electrónicos) llegaron al mercado en 1998. 11 años más tarde, la tecnología se ha perfeccionado hasta límites insospechados y su precio ha bajado hasta tal punto que, por el precio de 10 novedades literarias en papel, puede adquirirse un ebook último modelo.


Aparentemente, la idea está llamada a revolucionar el mercado cultural. Sin embargo, como ocurre en toda revolución, ésta tiene una proporción similar de seguidores y detractores. En el bando de los "amigos de los ebooks", los amantes de la literatura y de la tecnología, aquellos a los que se les iluminan las pupilas con sólo pensar en la mera idea de tener en su poder más obras literarias de las que jamás podrán llegar a leer. En frente, los más románticos, aquellos que disfrutan abriendo un libro antiguo y respirando el olor de sus páginas amarillentas. Lo que parece claro es que se trata de un cambio que a nadie deja indiferente.

El ahorro de espacio, la más nimia de las ventajas

Quizá, lo primero que a alguien interesado por un ebook se le pase por la cabeza sea el ahorro de espacio. Poder empaquetar los polvorientos Episodios Nacionales y dejar hueco para una nueva televisión plana no deja de ser un aliciente más para los más tecnófilos. No obstante, las ventajas van más allá. ¿Por qué cargar con la trilogía de Larsson en el autobús camino al trabajo cuando podemos llevarla en el bolsillo de la chaqueta? Por no hablar de la posibilidad de consultar todos los periódicos de la mañana con sólo pulsar un botón.

Los adeptos a las nuevas tecnologías ven en los ebooks sólo ventajas. Una de ellas, que algunos tachan de demagoga, es la relativa al ahorro de papel que suponen los libros electrónicos. No cabe duda de que si todos los libros publicados hasta el momento lo hubieran hecho en formato electrónico, los bosques de la actualidad serían mucho más frondosos. Por no hablar del aspecto económico. Por menos de 300 euros (el precio aproximado de 10 libros en formato clásico) uno puede hacerse con el más moderno ebook. Papyre es sólo un ejemplo:



La cruz de la moneda

Los amantes de lo clásico no terminan de creerse las bondades de los ebooks. El principal argumento que esgrimen es la falta de calidad de la imagen; lo incómodo de leer cientos de páginas en una pantalla. No obstante, gracias a la tinta digital, se ha conseguido eliminar el parpadeo propio de los monitores habituales y reducir su brillo, por lo que el cansancio de la vista es inapreciable. Además, esta tecnología (también llamada papel digital), consume muy poca energía, por lo que uno puede leer más de 10.000 páginas durante una semana sin tener que recargar su batería.


No obstante, aún resulta difícil encontrar en Internet libros en formato electrónico. Al igual que pasó hace unos años con la música en mp3, actualmente, es más fácil descargar un libro completamente gratuito de manera alegal (que no ilegal) que comprarlo en una tienda online. Las editoriales aún no se han puesto al día y corren el riesgo de quedarse atrás; sin embargo, los internautas no han perdido el tiempo y, como si les fuera la vida en ello, han comenzado a digitalizar libros de manera totalmente altruista.

Los escépticos se plantean otro dilema, esta vez, relacionado con la persistencia de las obras. Gracias al papel, se pueden encontrar primeras ediciones de obras de Galileo o Kepler. ¿Hubiera pasado lo mismo si se hubieran publicado sólo en formato electrónico? Al fin y al cabo, los libros tradicionales son palpables, almacenables y tangibles. Los ebooks tienen el inconveniente de ser una retahíla de ceros y unos que no se pueden tocar ni mucho menos almacenar físicamente. ¿Son realmente un soporte duradero?

El carro de los ebooks, cada vez más lleno

Como suele ocurrir con toda novedad tecnológica, las grandes empresas ya se han puesto a cavilar sobre cómo obtener su trozo del pastel lanza en ristre. El omnipresente Google va en cabeza con Google Books, una base de datos digital con millones de obras al alcance de cualquiera de manera gratuita (y otras tantas de pago). Las quejas de las editoriales no tardaron en llegar. Enseguida vieron cómo el gigante americano invadía su negocio y ponía en peligro su supervivencia. Tras varios litigios, en 2008 llegaron a un acuerdo: Google proporcionaría el 63% de los ingresos obtenidos con los ebooks a las empresas editoriales. Como nunca llueve a gusto de todos, Open Book Alliance (en inglés) puso sus pegas. Para ellos, este acuerdo beneficia únicamente a Google y, tarde o temprano, otorgaría a éste el monopolio de las publicaciones online. Aún así, se trata de una problemática de reciente creación que, con toda seguridad, acabará solucionándose con arreglo a todas las partes.

Por su parte, los productores de tecnología no han perdido pie al respecto. Desde Sony hasta Amazon, la tienda online más grande del mundo, han lanzado al mercado sus propios lectores de libros electrónicos. Tal cantidad de oferta ha resultado en una amalgama de formatos incompatibles (cada lector es válido para su propio formato de ebook). Por ahora, sólo queda esperar para ver quién se lleva finalmente el gato al agua e impone su ley en lo que a los libros electrónicos se refiere.

El lucrativo negocio de engañar a los buscadores

Hace no muchos años (con el nacimiento de Internet y de las .com) las compañías con posibles consideraban un debate que, por aquel entonces, levantaba polémicas entre sus filas: ¿estar o no estar en la Red? El tiempo ha dado la razón a los defensores de la primera opción, a aquellos que optaron por diversificar su negocio y hacerlo extensible a través de la fibra óptica. Estos "visionarios" (las comillas se justifican echando un vistazo al cementario de empresas virtuales), hace apenas diez años, sólo debían preocuparse por "instalarse" en Internet. Hoy, la situación es muy distinta; no basta con estar en Internet, hay que estar antes que nadie. Es así como surgen los SEO, especialistas en Search Engine Optimization (o, lo que es lo mismo, expertos conocedores de todas las triquiñuelas necesarias para que su página web sea la más visitada de su sector). Un perfil de reciente creación por el que las grandes multinacionales se pelean a diario en el mercado laboral.



El asunto, de primeras, puede resultar controvertido; "¿cómo?, ¿las páginas web que más visito pagan por aparecer las primeras en los resultados de mis búsquedas?". No; claro que no. Aunque los buscadores -como todos en este mundo- no viven del aire. Google es, de hecho, la mayor empresa publicitaria a nivel mundial. Si nadie es tan suspicaz como para creer que un medio tradicional escoge a sus anunciantes en función del contenido de sus anuncios, no hay motivos para creer que los buscadores actuan de manera distinta.

Arrimar nuestros sitios al sol que más calienta

Informes como Zeitgeist (que, traducido del Alemán, significa algo así como "Espíritu de la época") se encargan de hacer un balance anual con los términos más comumente introducidos en los buscadores. Gracias a informes como este y al modo de funcionamiento de los buscadores (que se basa en el principio de "los más buscados y los más enlazados son los primeros"), el blogger que quiera escalar puestos en los rankings de búsquedas deberá incluir en sus publicaciones artículos referentes a youtube, marca o tuenti (estos son algunos de los conceptos más buscados durante el pasado año).

Las empresas son conscientes de esto (al igual que son conscientes de la importancia de aumentar el número de visitantes de su página web) y no permanecen ajenas al conflicto. Hoy en día, un profesional que domine las "técnicas SEO" es rifado por las grandes compañías, que quieren que aplique su savoir faire a sus contenidos.

El SEO ideal



El SEO ideal (aquel que podrá negociar las condiciones de su contrato laboral y, si no le gustan, irse a la competencia) debe tener un perfil bien definido y, sobre todo, una gran capacidad analítica y de abstracción (esto es, tener una visión mental de la empresa, de su sitio web y de su funcionamiento lo más cercana a la realidad posible). Hay quien opina que el SEO ideal es aquel que domina el arte del Periodismo, del saber escribir y que, además, entiende y aplica con corrección las técnicas de posicionamiento (que requieren, en su mayoría, de conocimientos informáticos) de manera efectiva. Una mezcla de periodista e informático capaz de combinar ambos ámbitos en uno.

Algunos sitios web, como maestrosdelweb.com recopilan técnicas amateur para los usuarios domésticos. Sin embargo, cada vez más, proliferan empresas como SEOSEM, que ofrece a sus clientes un paquete de servicios SEO y garantiza el incremento de visitas en su página web.

Un SEO "de andar por casa"

Con toda seguridad, este blog no cuenta entre sus lectores con ningún director de comunicación de una gran empresa. Una lástima. Ya se sabe: un director de comunicación nunca se pararía a leer un artículo así. Resulta más fácil (y más efectivo, aunque más costoso) contratar los servicios de un especialista en la materia. Por eso, he aquí una serie de consejos para mejorar el posicionamiento de nuestra web en los buscadores destinada al gran público:

  • Adapta tu escritura a tu medio. Se sabe que la lectura en una pantalla de ordenador es sensiblemente más lenta que en papel. Por tanto, son preferibles las frases cortas, claras y concisas.
  • No seas sólo periodista. Ya se ha dicho antes, un incremento de las visitas en nuestra web requiere ciertos conocimientos informáticos. Infórmate sobre las tags, los elementos que te ayudan a categorizar tus textos.
  • Una web activa es una web bien posicionada. Los buscadores tienen más en cuenta las páginas que se actualizan constantemente. Tenlo en cuenta.
  • Cuida tus enlaces. Ellos son los responsables de las visitas que recibes. Haz enlaces con contenido e interesantes.
  • No pienses de puertas para dentro. Es importante dar a conocer tu sitio fuera del mismo. Por ello, ten en cuenta la participación en foros y redes sociales e identifica siempre tu sitio.
  • Confía en las redes sociales. Un blog necesita un trabajo constante de su editor. Una red social es una comunidad orgánica autónoma. Crece por sí sola gracias a sus miembros.
  • Sigue tus resultados. ¿De qué vale aplicar estas técnicas si no sabes si son valiosas? Existen en Internet herramientas que monitorizan el tráfico de tu web. Google Analytics es sólo un ejemplo (del que hablaremos en próximos artículos).

Por supuesto, estas técnicas no son infalibles ni son las únicas que darán buenos resultados. En la creatividad y en la posibilidad de visualizar el futuro de los redactores descansa la capacidad de aumentar el número de visitantes en nuestra web.

Tsunami Google: conversación y documentos, todo en uno

Una novedosa tecnología aún en ciernes amenaza con dar una vuelta de tuerca a la concepción actual de la web. La idea, cómo no, llega de la mano de Google. Tras revolucionar la red con su buscador, allá por el año 1997, y sus servicios añadidos (correo electrónico, servidor de noticias, documentos online, videos bajo demanda y demás parafernalia tecnológica), Google apuesta ahora por Wave: una concepción tecnológica capaz de unir documentos y conversaciones en una plataforma única e interactiva.


La libre saltaba en el último evento Google IO (en Inglés), el pasado mes de mayo. Google presentaba por sorpresa su nueva propuesta web, que pretende cambiar la concepción actual de las conversaciones online y da un paso más hacia un sistema operativo distribuido (esto es, un sistema operativo que no se ejecuta en el propio ordenador, si no que permanece alojado en máquinas remotas), lo que permitiría acceder a todas nuestras aplicaciones on line desde cualquier sitio. Han pasado meses desde que la compañía americana pasara su herramienta a la fase de pruebas; desde el mes de junio, algunos afortunados desarrolladores de todo el mundo se encargan de probar, evaluar y mejorar Wave como paso previo a su lanzamiento oficial. Hoy, por fin, se empiezan a conocer los detalles de su funcionamiento.

Google, como una ola


Puede que el concepto sea difícil de entender en un principio —lógico, la aplicación cambia toda percepción anterior de la comunicación por Internet—, así que quizá lo mejor sea recurrir a la propia definición que Google hace de Wave ("ola", en Español). ¿Ambiguo? Quizá. Por eso este artículo: una explicación de cada uno de los puntos básicos de la herramienta; lo necesario para construir una idea mental de un sistema tan amplio e innovador que cuesta imaginarse. Sirva como ejemplo la imagen de la izquierda, que muestra un instante de Wave a pleno rendimiento.

¿Qué es una ola?

Imaginemos un documento editable por varios usuarios que, a su vez, pueden mantener conversaciones multilaterales dentro del mismo documento. Eso es Wave. Para sus creadores, "una ola puede ser conversación y documentos donde la gente puede discutir y trabajar de forma conjunta usando formato de texto enriquecido, fotos, videos, mapas y más". Google sostiene su aplicación sobre tres pilares fundamentales:

  • Una ola es conversación y documentos a partes iguales; permite a la gente comunicarse y trabajar de manera conjunta.
  • Una ola es compartida. Cualquier participante puede responder en cualquier parte del mensaje, editar su contenido y añadir participantes en cualquier punto del proceso. La función playback permite a cualquier rebobinar la ola para ver quién y cuándo dijo qué.
  • Una ola está viva. Con transmisión en directo según se escribe, los participantes de una ola pueden tener conversaciones más rápidas, ver las distintas edicioens e interactuar en tiempo real.

¡Lo quiero, lo quiero, lo quiero!

Desde que Google pusiera en marcha su fase de pruebas, en julio de este año, han recibido millones de solicitudes para evaluar Wave. Todos quieren ser los primeros en probarlo. Sin embargo, sólo unos pocos afortunados han sido "premiados" con una invitación para ver la herramienta en pleno funcionamiento. El resto de usuarios tendrán que conformarse con vídeos como el que Google ha colgado en su página web (ojo, ¡dura casi hora y media!):



Primeras impresiones "expertas"

Como ya se ha dicho, un pequeño número de desarrolladores, usuarios e ingenieros llevan probando Wave desde hace unos meses. La evaluación comienza a dar sus frutos y surgen las primeras impresiones. Expertos desarrolladores coinciden en destacar lo novedoso del sistema. Del mismo modo, comparten opinión sobre la dificultad de afrontar el uso de una herramienta totalmente desconocida. Lo que sí parece claro es que la manera de compartir documentos será completamente distinta a lo anteriormente conocido.

Wave, el complemento perfecto del navegador de Google

Lanzado hace unos meses, Chrome, el nuevo navegador de Google, está llamado a sustituir al antiguo Internet Explorer y ponerselo difícil a Firefox, el navegador de Mozilla. Mucho más ligero y rápido que sus competidores, Chrome es la plataforma perfecta para albergar este tipo de tecnologías. Su simplicidad de uso y su código abierto (cualquier programador puede contribuir a mejorar el programa personalmente) sirven de base para las olas de Google. De hecho, algunos usuarios avanzados sostienen que Wave dará la estocada definitiva al navegador de Microsoft (incapaz, hasta el momento, de soportar tecnologías tan avanzadas).

A la luz de los hechos, sólo queda esperar el lanzamiento oficial de Google Wave para acabar con tanta conjetura y ver si, finalmente, el gigante tecnológico vuelve a revolucionar Internet con una nueva herramienta que, yendo contracorriente, no costará ni un euro.